miércoles, 8 de junio de 2016

Coyuntura eterna



Bajo las cuatro caras de esta brisa incógnita,
bajo las cuatro luces de su impensada pausa,
como huésped incómodo de una agilidad intrascendente
brinca un sólido trazo de acomodada soledad.

Nace la espera a un esperar,
se aquieta la trama ebulliente
y en el regazo de nadie nadie clama mas.

Obsecuente
muere en su noche
bajo sus cuatro negros,
una desesperanza una esperanza.

Antes de ese ayer,
mas allá de cualquier después y en el nunca de este siempre,
una sombra avanza hacia su silueta y nos muestra,
una y otra vez:
"el lugar vacío donde la luz advendrá",
la argentina faz que aún resplandece
caída en los brazos de aquel esperar.

Maciza,
dura a los noes y a los síes,
ignota de si misma,
se aguarda desde entonces en un punto sin cita,
en una cita sin ahora.



Junín, diciembre de 1988

martes, 17 de mayo de 2016

Floripa

Todo mar se da cita en Floripa,
ahora lo sé;
         todo el que he visto pasar por costas y costas
         y aquel que no vi ni veré jamás.

Y va tanto el de la ola brava como
aquel de la salobre caricia, temerosa y frágil...
         tanto el que exhibe desenfrenado su opalescente cifra,
         como el que la cubre de comedida espuma.

Todo mar va a Floripa:
pasa y se queda;
se queda,
pasa.

Ella,
multiplicada de pies blancos
recibe y asila,
saluda y saluda:
         tendida de morros,
               hamacada de palmeras cansinas,
                     larga de mariscales imperecederos
                           (intercambiando chapaleos, maneras y colores).


Y entonces
zarpa con todo su mar a cuestas;
pasea cargada de bañeantes por los azules
haciendo magia de costas ignotas,
aprendiendo gestos de otras aguas para vestir sus noches,
atiborrando de agilidades la extensión.

Y atardece
a su modo,
atesorando soles en todas
las alcancía suyas.

Viaja Floripa de sal por cielos:
camina y camina estrellas,
de punta en mar...



(marzo de 2001)